El Ser Auténtico y la Acción
Una Lectura Humanista de Calderón
La frase de Calderón de la Barca, «Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos,» es una profunda reflexión sobre la identidad, la apariencia y la acción que resuena con los principios del humanismo.
Desde una perspectiva humanista, que sitúa al ser humano como centro y enfatiza su dignidad, libertad y potencial de autorrealización (Antropocentrismo), esta frase puede interpretarse como un llamado a la autenticidad dinámica y al poder de la voluntad para construir el propio ser.
1. El Reconocimiento de la Máscara Social («Fingimos lo que somos”)
El humanismo, especialmente en su vertiente más existencial y psicológica (como en Carl Rogers o Abraham Maslow), reconoce la complejidad de la identidad.
El «Yo» Fragmentado: La primera parte de la frase sugiere que nuestra «actuación» o «fingimiento» (nuestra conducta, nuestros roles sociales) es en realidad una manifestación, aunque sea indirecta o velada, de nuestro ser interior y potencial.
La Tensión entre Ser y Deber Ser: A menudo, «fingimos» para encajar, para cumplir expectativas, o incluso para protegernos. El humanismo no lo ve necesariamente como una mentira total, sino como una distorsión causada por las condiciones de valor externas. Al decir «fingimos lo que somos», Calderón sugiere que incluso la máscara que usamos es, irónicamente, la única forma que hemos encontrado para expresar una parte de nuestra esencia en el mundo.
2. El Llamado a la Autorrealización y la Voluntad («Seamos lo que fingimos”)
Aquí es donde la frase se convierte en un imperativo humanista que apela a la libertad y a la responsabilidad individual.
Construcción Activa del Ser: Si la actuación (el «fingir») ya está moldeada por nuestro potencial, el paso humanista es eliminar la disonancia y convertir esa actuación en realidad auténtica. El individuo tiene la libertad de elegir la versión de sí mismo que desea manifestar y la voluntad de actuar para lograrlo.
La Autenticidad a Través de la Acción: El humanismo promueve la autorrealización (Maslow), el cumplimiento del potencial único de cada persona. La frase de Calderón invita a que la «persona» (la máscara, el fingimiento) se alinee con el «Self» (el verdadero potencial). Si «finjo» ser valiente, íntegro o sabio, el imperativo es: «Actúa como si lo fueras hasta que lo seas de verdad.”
Énfasis Humanista: El centro de gravedad se desplaza de la contemplación a la acción intencional. No basta con desear ser; hay que ser a través de las obras.
Dignidad y Trascendencia: Al convertir el ideal (lo que fingimos) en realidad (lo que somos), el individuo asume la plena dignidad de su ser y demuestra su capacidad de trascender sus limitaciones o roles impuestos. El ser humano, como ser libre, es el arquitecto de su propia existencia.
3. Conclusión: El Humanismo de la Acción
Desde el humanismo, la frase de Calderón es un potente aforismo sobre la coherencia existencial. Nos pide:
Reconoce tu potencial (lo que «finges» o aspiras a ser) y, en lugar de mantenerlo como una simple apariencia, utiliza tu libertad y tu voluntad para hacerlo tu realidad indiscutible. La acción y la elección definen al ser humano auténtico.






